
El conocido actor Anthony Hopkins ha pasado por una de las sincronías más interesantes y sorprendentes que puedan ser contadas.
Resulta que, tras haberle propuesto protagonizar un papel en la versión de pantalla grande de la novela La mujer de Petrovka, realizada por George Feifer, Hopkins salió a tomar el metro para comprar la obra que nunca había leído.
Pero no consiguió encontrar la obra en ninguna de las numerosas librerías de Charing Cross, así que optó por volver a su casa y se adentró nuevamente al metro.Tras sentarse en un banco encontró un libro abandonado plagado de anotaciones y viejo. Lo agarró y se dio cuenta que se trataba de la novela que él estaba buscando.
Dos años más tarde, mientras se rodaba al película, Hopkinks y George Feifer se conocieron, y este último le contó cómo dos años atrás le prestó a un amigo un ejemplar lleno de anotaciones y que éste lo había perdido en un metro.
Por lo tanto, no sólo Hopkins encontró el libro que buscaba, sino que se trataba de un ejemplar de su propio autor.