Día gris, lluvia y frío. Tres fenómenos muy relacionados con las ganas de no hacer nada y el aumento de los niveles de apatía. Sin embargo, pese a que este tipo de días producen una desgana mayor en el estado de ánimo de la personas parece que también tiene sus puntos positivos. Un grupo de investigadores dela Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) descubrieron recientemente que durante los días soleados la capacidad de memorizar de las personas es mucho menor que en los días desapacibles.
Para obtener esta deducción los científicos se sirvieron de una tienda y sus clientes para desarrollar sus experimentos. En ella realizaron durante dos meses una serie de tests para comprobar hasta que punto los clientes recordaban diez objetos que había colocados encima del mostrador. Durante el proceso vincularon las respuestas al clima y concluyeron que las personas que entraban en el establecimiento en días lluviosos resolvían mucho mejor la prueba que quienes lo hacían en días soleados. Los primeros recordaban hasta tres veces más objetos que los segundos.
La deducción de por qué ocurría esto fue simple y certera. En los días soleados la gente está de mejor humor y por este motivo tienden a estar más desconcentrados y a ignorar más lo que les rodea. Mientras que los días grises y lluviosos producen estados de ánimo negativos que inducen a pensar con más atención, de forma más detallista y con mayor capacidad de recordar.