Quedarse pegado a las sábanas por las mañanas e ignorar al despertador tiene una respuesta biológica según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Northwestern en EE.UU. Aunque se relacione la falta de fuerza de voluntad para levantarse a la pereza hay un protagonista que incide mucho más en este tema. La explicación se encuentra en la ausencia de un gen relacionado con el reloj biológico que provoca que a algunas personas les cueste tanto despertarse y comenzar un nuevo día.
El gen CG4857, llamado coloquialmente “veinticuatro” y descubierto en las moscas de la fruta, modifica la producción de una proteína llamada PER. Cuando este gen no se encuentra presente, las moscas pierden su ciclo regular y tienen dificultades para reaccionar antes del amanecer. El ejemplo aplicado a las moscas es, en la teoría, similar a lo que le sucede al ser humano.
Paralelamente a este estudio, científicos de las universidades de Edimburgo (Escocia) y Ludwig Maximilians (Alemania) estudiaron a más de 10.000 habitantes de Europa entre los que encontraron una variante genética llamada ABCC9. Los que poseían este gen necesitaban unos 30 minutos más de sueño cada noche que quienes no lo tenían. Según explicaron, ABCC9 está involucrado en la detección de niveles de energía de las células en el organismo. El hallazgo de este gen entra en el grupo de factores que ayudan a explicar las conductas del sueño.