El primer hombre que murió por electrocución en la silla eléctrica fue William Kemmler, un criminal que asesino a su mujer utilizando como arma un hacha.
Estos hecho ocurrieron en la prisión de Auburn, en Nueva York el 6 de Agosto de 1890 con un invento cuya iniciativa tuvo Harold P. Brown, con intención de sustituir el ahorcamiento.
Tuvieron lugar varias investigaciones, llevadas a cabo por el mismísimo Thomas Edison, para dar con la mejor solución, y como consecuencia tuvieron lugar ejecuciones fallidas sobre la persona de Kemmler, quien tuvo que sufrir hálito de la muerte varias veces hasta que llegó su hora.
La primera vez fue electrocutado durante 17 segundos sin llegar a morir, aunque quedó en un estado deplorable y gimiendo de dolor. Hubo que esperar un tiempo hasta que se el nuevo voltaje, con una potencia aumentada a 2000 voltios, se hubo cargado en el generado. Mientras Kemmler sufría sus quemaduras.
La segunda vez fue la que dio su fruto, aunque no sin un espectáculo tan terrible, que los presentes se sintieron horrorizados por el olor a carne quemada y el copioso humo que salía de la cabeza de Kemmler y que llenaba el lugar. Un reportero que estuvo allí aseguró que este procedimiento era mucho peor que el ahorcamiento.