Muchos aseguran que el apéndice no tiene ninguna utilidad en nuestros organismos, lo cual no es solo una creencia popular, sino que ha sido comprobado por científicos, que han sostenido que la extracción del apéndice no trae consigo ningún problema.
La teoría más conocida es que el apéndice está ahí como un remanente evolutivo de las antiguas especies de Homo. Estos acostumbraban a comer muchos vegetales sin procesar, directamente de la naturaleza y el apéndice era el órgano que les ayudaba a procesar las grandes cantidades de vegetales ingeridas.
En el año 2009, un grupo de científicos de la universidad de Duke University Medical Center descubrieron que el apéndice es un excelente hogar y refugio para las bacterias. Allí se almacenan todas aquellas bacterias que componen la flora intestinal y que cumplen funciones fundamentales en el cuerpo.
El apéndice es una especie de tubo pequeño y cerrado, con un aspecto similar al de un dedo, adherido a la sección en la que comienza el intestino grueso, en donde éste se encuentra con el delgado. Cuando éste se inflama o algo desde los intestinos queda atorado allí, el apéndice puede hincharse considerable y peligrosamente (apendicitis), pudiendo cortar el suministro de sangre hacia allí y provocando la muerte de sus tejidos.
Es entonces cuando el apéndice debe extirparse de inmediato, pues puede estallar y liberar sus contenidos altamente mortales. Muchas personas se lo quitan antes de viajar a otros países o simplemente para no correr este tipo de riesgos, no obstante, hoy se sabe que en realidad, no hay que quitarlo a menos que sea realmente necesario, es decir, ante la amenaza de apendicitis.