Una combinación de urbanización, aumento poblacional y la creciente demanda de recursos para la producción alimenticia podría llevar al planeta a enfrentar una escasez de hasta 40% en sus suministros de agua en los próximos 15 años, según informa el vocero de las Naciones Unidas.
Se estima que para el año 2050 dos tercio de la población mundial vivirá en ciudades, dejando de lado las zonas rurales, lo cual llevará a que la demanda de agua aumente hasta un 55% más de lo que se usa en la actualidad.
La urbanización no planeada crea barrios pobres, ya que no se crea adecuadamente un plan para proveer agua y otros insumos, algo parecido a lo que pasa en algunas zonas de africa, donde parte de la población se ha mudado a ciudades, formando zonas urbanas espontaneas, mal desarrolladas que presentan todo tipo de dificultades.
El informe “Agua para un mundo sostenible” incluye un mapa que resume los recursos de agua renovable per cápita de cada país, con una escala de colores que va de la escasez absoluta, en varios países del norte de África y la Península Arábiga, hasta los menos necesitados, categoría en la que figuran todos los países de América Latina, pasando por los vulnerables, entre los que se incluye a países de perfil tan distinto como varias islas del Caribe, China, Alemania, Inglaterra o España.
Más gente, más comida
Para el 2050 el mundo habrá producido 60% más de alimentos y se espera que la demanda mundial de agua para la industria aumente 400%, dijo el informe, publicado antes del Día Mundial del Agua el 22 de marzo.
La creciente población también necesitará 70% más de energía y se requerirá agua para producirla.
Aunque es costoso, invertir en el manejo sustentable del agua vale la pena: de 15,000 a 30,000 millones de dólares invertidos en gestión de recursos hídricos en países en desarrollo pueden tener un retorno de ingresos de 60,000 millones, indicó el reporte.
En el largo plazo invertir en agua e higiene es rentable. Este es un argumento convincente, que no es sólo para ayudar a los pobres sino que realmente es un buen negocio”, dijo Connor.
Las ciudades con planificación de recursos hídricos a largo plazo tendrán economías más robustas durante décadas, dijo, puesto que las personas que tienen acceso a agua limpia son más saludables y tienen una mejor posibilidad de acceder a educación y de encontrar un trabajo.