El pan es uno de los alimentos principales en nuestra alimentación diaria, y aunque siempre se ha escuchado que el pan integral es más sano que el pan blanco, esto podría no ser verdad.
Un estudio realizado recientemente ha demostrado la forma en la que los sujetos de experimento comían el pan no afectaba de manera significativa el organismo.
Antes y durante el ensayo, los expertos del Instituto Weizman midieron varios marcadores bioquímicos: los niveles de glucosa, minerales, colesterol, enzimas renales y hepáticas o parámetros que indican inflamación o daños en los tejidos. Y el resultado, publicado en la revista Cell Metabolism, fue que los cambios de dieta no alteraban significativamente ninguno de esos valores.
Es decir, que cada persona reacciona de un modo diferente y que los valores nutricionales no se aplican por igual, como se hace habitualmente.