La selección natural es un fenómeno de evolución que forma parte de las teorías propuestas por Charles Darwin en su libro “El Origen de las Especies”.
Según la teoría de selección natural, cada especie biológica tiene un origen de descendencia en común que se ha ido ramificando mediante el proceso evolutivo.
Esta explicación parte de tres premisas; la primera de ellas es que el rasgo sujeto a selección debe ser heredable.
La segunda sostiene que debe existir variabilidad del rasgo entre los individuos de una población.
La tercera premisa aduce que la variabilidad del rasgo debe dar lugar a diferencias en la supervivencia o éxito reproductor, haciendo que algunas características de nueva aparición se puedan extender en la población.
Suele explicarse la selección natural como la supervivencia del más fuerte o del más apto, ya que el organismo que subsiste y evoluciona es aquel que consiguió, gracias a los cambios evolutivos, adaptarse al entorno. Los demás organismos, en cambio, se extinguen. La idea, de todos modos, suele ser cuestionada cuando es trasladada a otros ámbitos ya que parece justificar la eliminación de aquellos que son débiles o tienen problemas de adaptación en su grupo.