Si has comprado algunos electrodomésticos en los últimos años, es probable que hayas escuchado hablar sobre la tecnología inverter, principalmente cuando hablamos de un equipo de aire acondicionado.
La tecnología inverter sirve para regular el voltaje de los equipos, de modo que la corriente de un aparato pasa por un circuito de conversión de energía, lo que se traduce en un gran ahorro en la factura eléctrica.
Un sistema de climatización tradicional que quiera, por ejemplo, enfriar una habitación a una determinada temperatura (24ºC), lo hará repitiendo continuamente ciclos de encendido/apagado. Mientras que uno con Inverter llevará más rápidamente la habitación a la citada temperatura. Y lo hará sin la necesidad de realizar todos esos ciclos.
Ventajas de la tecnología inverter
Ahorro energético: el funcionamiento de los equipos inverter favorece un gran ahorro energético ya que la velocidad del compresor de disminuye progresivamente conforme la temperatura se acerca a la deseada. En función del equipo y de sus características, el ahorro oscila entre el 20-25% e incluso más del 50% en algunos casos.
Ahorro económico: el punto anterior trae consigo un evidente ahorro económico ya que se reduce el consumo. Este ahorro varía mucho en función de la instalación o el equipo, pero puede alcanzar los cientos de euros sobre el total anual.
Confort térmico: los sistemas inverter proporcionan una temperatura más estable, sin cambios bruscos y apenas perceptibles. Esto se traduce en una mayor y mejor sensación de confort para el usuario.
Mayor rendimiento: el rendimiento a nivel energético de las unidades inverter actuales suele ser hasta casi del doble de aquellas que no usan esta tecnología.
Alargamiento de la vida útil del equipo: al no trabajar en régimen de on/off o todo o nada, el compresor se resiente menos y se puede alargar el período activo de funcionamiento del equipo.