
Muchos suelen pensar que solamente nosotros, los seres humanos, o nuestras mascotas tienen la capacidad de emocionarse o sentir cosas, pero está comprobado científicamente que no es tan así y otros seres vivos demuestran emociones también.
En un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores es mencionado que el cerebro de las abajas siente atracción por las cosas nuevas y que también demuestran ciertas actividades genéticas en las vías de sus moléculas que se asocian a las emociones que sentimos los seres humanos.
Por dar un ejemplo claro y conciso de esto podemos mencionar que cada abeja cuenta con un papel específico en la colmena para servir a su reina. Hay abajas que hacen de recolectoras o de enfermeras por citar algunos puestos que ocupan.
El estudio realizado por este grupo de investigadores fue basado en el estudio de dos comportamientos de búsqueda que llevan a cabo: la expedición por comida y la búsqueda de sitios para anidar.