
Seguro que has escuchado alguna vez que la Gran Muralla China se puede ver desde el espacio. La primera vez que se afirmó esta posibilidad fue en 1938 en un libro publicado por Richard Halliburton, titulado Second Book of Marvels, en el que se aseguró que la Gran Muralla es la única construcción humana visible desde la luna. Esta creencia se siguió extendiendo posteriormente en otras publicaciones y hasta llegó a aparecer en libros escolares. Incluso, algunos astronautas afirmaban haberla visto a simple vista. Otros, sin embargo, desmentían que eso fuera posible.
Para tener claro si estas afirmaciones son un mito basta una explicación técnica para dejar claro que la Gran Muralla no se puede ver desde el espacio. Todo se basa en los límites del sistema visual humano. Lo relevante para poder verla a tanta distancia no es la longitud de la muralla (unos 7.300 km), sino su anchura, que no supera los 6 metros. Si nos encontráramos a 160 km de la Gran Muralla seria como ver un cable de 2 cm de diámetro desde más de medio kilómetro de distancia. Algo imposible para el ojo humano, sin importar cuáles serían las condiciones climatológicas, de iluminación o de contraste. El ojo necesitaría una agudeza visual superior a 20/3, la cuál es 7.7 veces superior a la agudeza normal. Con estos cálculos se hace, por tanto, imposible ver la Gran Muralla a simple vista desde el espacio.