
Una niña de Bounemouth de 12 años de edad llamada Abbie Tully sufre una afección por la que le ha resultado imposible salir de su casa durante los últimos cinco meses.
La causa es una urticaria que no le permite salir a la calle ni siquiera por unos instantes, por lo que no puede acudir a la escuela, la escuela, el hospital, la biblioteca ni cualquier lugar en el exterior ya que cualquier mínimo contacto con el frío podría matarla.
La urticaria por frío es muy rara y consiste en una reacción ante todo tipo de estímulos fríos como viento, bajar temperaturas, contacto con agua fría y objetos fríos y por supuesto su ingestión. En caso de que este se produzca se producen habones en la piel, fiebre, malestar general, dolor de cabeza, articulaciones… y puede llegar hasta a provocar un shock anafiláctico, un colapso o la muerte.
Debido a esto Abbey ha de llevar siempre consigo un autoinyector de epinefrina o adrenalina en caso de una reacción muy grave, ya el roce del frío con cual solo una pequeña zona de su piel provoca fuertes reacciones alérgicas.