La píldora del suicidio es una píldora, capsula o tableta de contenido altamente letal, ingerido por una persona intencionalmente para provocar su muerte inmediata.
Inicialmente las pastillas eran solidas o en polvo, pero su efecto no era instantáneo, lo que llevó a confeccionarlas de una manera más práctica y letal.
La píldora del suicidio ha sido utilizada por soldados de diferentes partes del mundo, sobre todo en las guerras mundiales.
Los militares que se enviaban a misiones secretas y poseían mucha información, eran dotados de una píldora de estas, muchas veces escondidas detrás de los dientes y tenían la orden de ingerirla en caso de ser atrapados por el enemigo, así evitaban una muerte más dolorosa, torturas o revelar informaciones que pudieran perjudicar a su país.
Su principal ventaja es la facilidad de ocultación durante la inspección, al contrario de un arma de mayor tamaño que pudiera ser confiscada.
William Sterling Parsons y otros miembros de la tripulación de los bombarderos Supe fortaleza B-29, enviado a soltar las bombas atómicas sobre Japón durante la Segunda Guerra Mundial, estaban suministrados con píldoras letales.
A pesar de que toda la tripulación regreso a salvo y ninguna de las píldoras tuvo que ser utilizada. Esto era en caso de que fueran capturados y torturados por el Kempeitai para revelar información clasificada sobre las armas atómicas.