La almohada está definida en el diccionario de la Real Academia de la lengua como un “Colchón pequeño que sirve para reclinar sobre él la cabeza en la cama”, sin embargo esta juega un papel más importante que eso nuestras vidas, ya que es la responsable de llenar el espacio del cuello, de manera que produzca relajación en la cabeza y la nuca, y ayude a mantener la columna vertebral recta.
Etimológicamente la palabra “Almohada” proviene del árabe mujadda, que significa almohadón o cojín. El origen de las almohadas se remonta a China, donde no utilizaban almohadas como las que conocemos hoy, sino que eran elaboradas con materiales duros como piedra, cerámica y madera, utilizadas para apoyar la cabeza.
Fue en Egipto donde se empezó a utilizar almohadas suaves, sofisticadas hasta el punto que se consideraba arte y su uso se limitaba a la clase alta.
Estas llegaron a Europa en la edad media, pero no fue hasta la revolución industrial donde se popularizaron y se comenzaron a fabricar de manera masiva. Ya que se resolvieron problemas como la tintas que permanecieran en la tela, el hilo que era demasiado duro etc.
En la actualidad las almohadas son parte inherentes de la cama, existen muchos modelos, muchos colores y muchas formas diferentes, pero todas tienen el mismo objetivo, brindarnos comodidad y un sueño placentero.