Aunque resulta muy difícil conocer con precisión una fecha a partir de la cual se comenzó a comer huevo frito, se deduce que el origen del huevo frito se remonta a los tiempos en los que se domesticó la gallina, primero en la India y luego en Egipto.
Según registros históricos, los fenicios fueron los primeros en comercializar el aceite de oliva, necesario para freír los huevos, por lo que se estima que el primer huevo frito fue hecho en el año 1000 A.C.
La primera referencia escrita sobre el huevo frito fue en un texto del filósofo Averroes, que consideraba que para hacer un buen huevo frito era necesario utilizar abundante aceite de oliva y poca acidez.
La representación visual más antigua de este sencillo plato la hizo Velázquez en su Vieja Friendo huevos, que pintó en el año 1618, aunque hay personas que discuten si la anciana está friendo o escalfando los huevos.