Cuando una persona se libra de algo por muy poco o por cuestión de instantes se dice que esa persona se salvó por la campana.
Existen varias teorías que explican el origen del término “Salvarse por la campana”, unas muy conocidas, otras no tanto.
Una de las explicaciones es que antiguamente, cuando no existían los avances médicos de hoy en día, las personas muchas veces eran enterradas sin estar realmente muertas, cuando no mostraban signos vitales o circulación sanguínea.
Sin embargo ocurría que algunas veces las personas despertaban una vez dentro del ataúd, ya que nunca estuvieron realmente muertas. Esto llevó a que se ideara un método que consistía en atar a la mano del “muerto” una cuerda conectada a una campana en el exterior, de modo que si la persona despertaba hacía movimientos y sonaba la campana para que las personas fueran en su auxilio.
La otra versión más moderna y más conocida tiene su origen en el mundo del boxeo cuando dos boxeadores se enfrentaban y uno estaba a punto de noquear al otro y sonaba la campana indicando que finalizaba el round, por lo tanto ese boxeador estaba literalmente siendo “Salvado por la campana”.