Antes de la creación de la comida enlatada, la alimentación de los soldados durante las batallas era un tema complicado, ya que en muchas ocasiones la comida se dañaba en el camino.
En 1810 los soldados Británicos comenzaron a llevar comida en un envase de hierro sellado al vacío que buscaba conservar los alimentos en buen estado.
Origen de la Comida Enlatada
La demanda de comida enlatada se disparó durante la Primera Guerra Mundial, pues los dirigentes militares solicitaban grandes cantidades de comida barata y altamente calórica para alimentar a sus millones de soldados, que pudiera transportase fácilmente, sobreviviese a las condiciones de las trincheras y no se echase a perder entre la fábrica y el frente.
Cuando inició la segunda guerra mundial, ese proceso de envasado de comida había sido mejorado considerablemente y fue el método utilizado por la mayoría de países para alimentar a sus hombres.
A cada soldado se le asignaban raciones de comida enlatada para cada día, que incluían carne, maíz, frijoles y salchichas.
Los alimentos que deben ser envasados a presión incluyen la mayoría de verduras, carnes, mariscos, productos avícolas y lácteos.