En términos sencillos se podría decir que el Producto Interno Bruto (PIB) es la representación de la riqueza de un país y la composición de su economía en un periodo de tiempo determinado, que suele ser un año.
El PIB se determina al agregar toda la producción que genera un país, midiendo el valor monetario de todos los bienes y servicios finales que se dan en el territorio, ya sean por sus ciudadanos o extranjeros.
¿Cuál es el origen del PIB?
Los primeros registros sobre cálculos de riquezas de un país como representación de su producto interno bruto se dieron a mediados del siglo XX a manos del economista Simon Kuznets, quien buscaba una formula para calcular el impacto real de la crisis de 1929 y más adelante el británico John Maynard Kaynes propuso otra fórmula buscando evaluar la capacidad de su país para fabricar armamento durante la Segunda Guerra Mundial. Al final prevaleció la fórmula de Keynes, que se volvió referencia internacional con la Conferencia de Bretton Woods de 1944.
¿Cómo se Calcula el Producto Interno Bruto?
Existen varias maneras de calcular el PIB de un país, pero la formula más común suele ser;
PIB = consumo + inversión + gasto público + (exportaciones – importaciones).
El consumo es el que hacen hogares y particulares. La inversión agrupa los gastos de empresas y hogares para mejorar su producción y obtener servicios, respectivamente. El gasto público es la suma de lo que compra el Estado, y las importaciones se restan a las exportaciones para saber si hay superávit o déficit comercial.
Cuando el PIB de un país aumenta es una buena señal para la economía y afecta a prácticamente todas las personas del territorio. Y por el contrario cuando cae es una mala señal. Podríamos asemejarlo a los ingresos de una familia o una empresa; si aumentan los ingresos por lo general es una buena señal. En cambio, si se reducen los ingresos es una mala señal de la economía.